A lo largo de la historia de la humanidad, hemos utilizado todo tipo de herramientas. Desde una piedra pulida en una lanza, hasta la actual maquinaria sofisticada para proyectos de ingeniería y construcción. Por supuesto, detrás de cada máquina que se ha diseñado y puesto en marcha, hay un sinnúmero de piezas que están estratégicamente colocadas y que realizan una función determinada. Cada pieza es importante. Y cada pieza proviene de un cuidadoso proceso de mecanizado.
Los procesos de mecanizado sirven entonces para fabricar todo tipo de piezas, de diferentes tamaños, formas básicas o de extraordinaria complejidad, ya sea un tornillo o un engranaje. Y también en distintos materiales, desde metales hasta plástico o madera, así como aleaciones y materiales biocompatibles. Sin duda se trata de un mundo complejo, que además se ha sofisticado a lo largo de los años. Por eso hablaremos, de forma breve, de cuáles son los procesos de mecanizado.
Procesos de mecanizado actuales
Dependiendo del tipo de materia prima, requerimientos y otros factores, existen distintos tipos de mecanizado, como los siguientes.
Torneado. Sin duda, es uno de los procesos de mecanización más tradicionales y utilizados. Básicamente, consiste en eliminar y dar forma cilíndrica o cónica a una pieza mediante una herramienta giratoria y de avance, el torno.
Fresado. Mediante una fresadora, que es una herramienta de corte, se realiza un movimiento giratorio al tiempo que se realiza presión sobre el objeto a moldear.
Rectificado. La herramienta a utilizar es la rectificadora, que realiza cortes de abrasión para eliminar el material sobrante de la pieza. Es muy útil en piezas que han sufrido una deformación, así como para eliminar protuberancias o rugosidades.
CNC. Derivado del fresado, se realiza por ordenador para obtener cualquier cantidad de piezas idénticas de manera rápida y minimizando el desperdicio. Es una técnica muy exacta y que requiere de poca intervención humana.
Ahora bien, si hablamos de los diferentes tipos de mecanizado, se dividen en mecanizados sin arranque de viruta, con arranque de viruta y por abrasión.
Mecanizado sin arranque de viruta. Se trata de un proceso de conformado para dar la forma deseada. En este tipo tenemos el forjado, que es la deformación del material mediante una compresión fuerte, en frío o en caliente. Está el laminado, también de deformación, pero mediante rodillos para dar una forma y espesor determinado. Y está el estirado, que sirve para disminuir la sección de una barra, por ejemplo, reduciendo su diámetro.
Mecanizado con arranque de viruta. Este proceso descarta bastante material para dar forma a una pieza. Puede realizarse mediante el serrado (se utiliza una sierra), el limado (para acabados finales) o el taladrado (perforaciones a la pieza, eliminando material). Pero también puede ser por roscado manual o por maquinaria (con roscadora especial), y/o por torneado y fresado.
Mecanizado por abrasión. Como su nombre señala, se realiza mediante un elemento abrasivo que arranca partículas de la pieza y suele ir después del arranque de viruta. Aquí entraría el desbarbado, que es una terminación final de la pieza mediante elementos abrasivos como lijas o incluso maquinaria CNC. Otro es el bruñido, utilizado en piezas cilíndricas. En el caso del rectificado, se usa después del fresado, por ejemplo, para mejorar el acabado, este se requiere para obtener ciertas medidas y parámetros de resistencia.
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