Cuando pensamos en mecanizados, es común que lo hagamos en términos generales, esto es, que pensemos en algunos proyectos en los que se requiere moldear o dar forma a ciertas piezas. Sin embargo, los mecanizados son todo un universo de opciones y aplicaciones que pueden llevarse a cabo para diferentes sectores y de diferentes tipos. Tal es el caso del proceso de rectificado de piezas, del cual hablaremos en esta ocasión.
¿Qué es el rectificado?
El rectificado de piezas se refiere a un proceso de mecanizado en el cual se obtienen determinados acabados utilizando medios abrasivos. A diferencia de otros procesos, mediante el rectificado se hace una especie de corte utilizando la llamada “rueda de rectificado abrasiva”. Este tipo de pieza se caracteriza por tener distintos tamaños y rugosidades de grano, según las aplicaciones o qué tipo de piezas se espera obtener.
Por ejemplo, si se busca un muy resultado preciso o con acabado superficial, el rectificado vendría siendo la etapa final para dar un acabado especial. Pero también se usa en casos especiales, cuando se trata de piezas de elevada dureza que no pueden tratarse bajo otro tipo de mecanizados. Por tanto, en el rectificado se va a eliminar material mediante fricción con un abrasivo, sobre todo cuando quiere retirarse grandes cantidades y tener un acabado impecable.
Tipos de rectificadoras
Existen básicamente 5 tipos de rectificadoras utilizadas para dar este tipo de acabados precisos.
Rectificadoras planas o de superficie. Pueden ser tangenciales, que es cuando la rueda o muela gira sobre una pieza vertical. Esta técnica es para acabados de elevada precisión en superficies inclinadas o planas, perfiles, ranuras, etc. Es común utilizarlo en matrices, placas, aros, perfiles para utillajes, entre otros. En las rectificadoras frontales, la muela gira sobre una pieza vertical, pero lo hace de forma plana contra la pieza y su desplazamiento es recto. Así, elimina rápidamente el material sobrante.
Rectificadoras cilíndricas. Estos equipos tienen un eje central de rotación y pueden ser internas (dentro de la pieza), externas (en la superficie externa de la pieza) o sin centros. Estas últimas son para piezas cilíndricas pequeñas (como los casquillos).
Rectificadoras universales. Este tipo de maquinaria se usan cuando se requiere de mayores capacidades de trabajo, por ejemplo, en la automoción. Tal es el caso de los motores, como los interiores de los árboles de levas, cigüeñales, entre otros.
Rectificadoras especiales. En este caso, se encargan de realizar correcciones en determinadas piezas para que puedan de nuevo girar sobre sí mismas. Se utilizan en la rectificación de ruedas dentadas, engranajes y otras piezas.
Rectificadoras con sistemas CNC. Como indica su nombre utilizan el sistema de control CNC. Gracias a estas rectificadoras, es posible utilizar una sola maquinaria, con mínima intervención humana. Cuentan con un sistema de sujeción magnética, disminuyen los tiempos de trabajo, son muy precisas y se pueden usar en entornos cerrados.
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